Los gatos son animales muy inteligentes y poseen una gran capacidad de aprendizaje. Adiestrar a un gato es posible siempre que se empleen las técnicas correctas, junto a toneladas de paciencia, afecto, diversión, recompensas y comprensión.
Adiestrar gatos… ¿Pero no eran indomables?
Cuando se habla de adiestrar gatos, algunas personas lo ven con escepticismo. Y es que al gato se le ha colgado una etiqueta que lo tacha de desobediente, obstinado, no muy listo y otros epítetos por el estilo. Una generalización injusta que tiene mucho de mito y poco de verdad.
La realidad es que los gatos son criaturas maravillosas que se comportan de forma ocurrente y divertida y son capaces de hacer cosas geniales cuando sus humanos se lo piden.
La percepción general de que los gatos son criaturas indomables, que no pueden adiestrarse o que, en todo caso, entrenar a un gato es una meta muy difícil de lograr, viene de la comparación con los perros y la amplia predisposición de estos a seguir órdenes y ejecutar las acciones que se les pidan, por regla general.
Y, ciertamente, los perros han evolucionado para ejecutar tareas que el ser humano les ha encomendado, como cuidar el ganado o alejar intrusos en una propiedad. En cambio, de los gatos no se ha esperado sino que se encarguen de atrapar roedores y poco más. Y esa es una tarea que hacen por instinto, ahí no hay nada que enseñar.
¿Se puede adiestrar un gato?
Sí, por supuesto. En principio, toda criatura puede ser entrenada para responder ante un estímulo de la forma esperada; es decir, cualquier animal puede ser adiestrado: mamíferos, aves, insectos... Cualquiera. La clave está en usar la técnica más adecuada para cada uno, tomando en cuenta las capacidades del animal y sus patrones de comportamiento. Si se ha podido adiestrar a un tigre para que atraviese un aro en llamas (como hacen en los circos), sin duda podemos enseñar a nuestro minino un par de trucos ingeniosos.
Cuando se habla de adiestrar un felino podemos estar hablando del entrenamiento de gatos básico, como usar el arenero o no arañar el sofá (que son cosas de convivencia elemental que debemos enseñarles desde que son muy pequeños), o podemos estar hablando de enseñarle a hacer trucos geniales, solo por el gusto de entretenerse y entretenernos.
En todo caso, debemos tener claro que no debemos intentar que el gato haga algo contrario a su instinto o que le sea antinatural.
¿Cómo entrenar a tu gato?
Si deseamos tener éxito al amaestrar un gato, hay que tener en cuenta algo importantísimo: los gatos no responden bien a los castigos. El gato no entiende el concepto y difícilmente puede asociarlo a un comportamiento no deseado de su parte, por lo que reprender al minino cuando no ejecuta una orden que le damos, o hace algo que no queremos, solo le provocará estrés y ansiedad, empujándolo en dirección opuesta al objetivo que perseguimos.
El secreto para adiestrar un gato está en emplear lo que en psicología conductual se conoce como refuerzo positivo; esto es, recompensarlo cada vez que se comporta de la manera en que deseamos que lo haga, así como sus avances en el aprendizaje de la tarea.
¿En qué consiste la recompensa? En darle algo que le guste mucho: una golosina para gatos, trocitos de su alimento preferido, mimos y caricias (si le gusta eso) o una divertida sesión de juegos.
Mediante el refuerzo positivo, el gato asocia su comportamiento con la recompensa y aprende que si desea ser recompensado nuevamente, debe repetir la acción o comportamiento que lo hizo obtener el premio.
En cualquier caso, si vas a adiestrar un gato, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Prepara el ambiente. Procura que haya tranquilidad, que el animal esté cómodo y no tenga distracciones, para que pueda concentrarse en ti y lo que le estás enseñando.
- No interrumpas su siesta para iniciar el adiestramiento. El gato lo verá como una molestia y se negará a cooperar.
- No intentes adiestrarlo justo después de alimentarlo. Por un lado, el minino estará somnoliento y, por otro, no tendrá motivación para obtener el premio. Es mejor que el adiestramiento se realice estando el gato un poco hambriento, pues estará ansioso por cooperar para recibir sus apetitosos premios.
- Las sesiones de adiestramiento deben ser de corta duración. Los gatos tienen una capacidad de atención más corta que la nuestra y les gusta hacer las cosas cómo y cuándo ellos quieren.
- Si ves que el gato comienza a distraerse o no está motivado, termina la sesión tú antes de que el animal se vaya por su cuenta. Es preferible terminar antes del tiempo pautado por decisión tuya a dejar que el animal se aburra y asuma que puede irse cuando quiera.
- Varía las recompensas. Los gatos tienden a aburrirse rápidamente, incluso de las golosinas. Procura variar los premios para que se mantenga interesado y motivado en el aprendizaje.
Un gato puede aprender a hacer trucos increíbles: tocar una campana, dar volteretas, “cantar a dúo” contigo, bailar, saltar, sentarse, traer objetos, abrir cajas y todo lo que se te ocurra. Solo hay que brindarles mucho amor, no apresurarse, tener paciencia y, sobre todo, ser perseverantes.
No te rindas si te parece que tu gato no progresa tan rápido como esperabas: son independientes y tienen un carácter fuerte, así que no te desanimes. Con tiempo y paciencia lo conseguirás.