La castración en gatos resulta una opción beneficiosa, especialmente si el minino tiene acceso al exterior de la casa. Con estas condiciones, un macho podría cruzarse con otras gatas y tener camadas no deseadas, contribuyendo así al abandono animal y, con ello, a la proliferación de las colonias de gatos insostenibles.
A continuación te explicamos en qué consiste el proceso de la castración en gatos, los beneficios que ofrece al animal y otros aspectos a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión de castrarlo.
¿En qué consiste la castración de un gato?
A diferencia de la esterilización, por la que el minino deja de ser capaz de reproducirse pero mantiene su comportamiento reproductivo a través de una vasectomía en los machos y de una ligadura de trompas en las hembras, la castración en gatos es una intervención quirúrgica realizada por veterinarios para extirpa los órganos sexuales del animal.
De esta forma, si se trata de un gato macho, el veterinario responsable de la cirugía hace una incisión en la parte posterior del escroto, desde el que extrae los testículos; mientras que en el caso de una gata la intervención quirúrgica comienza en el abdomen, desde donde se accede al útero y a los ovarios para extirparlos.
¿Cuáles son los beneficios de castrar a un gato?
En lo que respecta a las ventajas que ofrece este proceso en el caso de un gato macho cabe destacar que :
- Evita determinados comportamientos territoriales (como el marcaje por la casa),
- también que se escape de casa en busca de gatas en celo,
- además de reducir el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer y la prostatitis, entre otras.
- Prolonga la esperanza de vida.
En el caso de una hembra, los beneficios que aporta la castración en gatos son más diversos:
- Desaparece el celo y la posibilidad de quedarse preñada.
- Reduce el riesgo de sufrir tumores de mama u otras afecciones como la piometra (infección de útero).
- Prolonga la esperanza de vida.
- Por norma general, calma su carácter.
En ambos casos, la castración en gatos también logra disminuir la transmisión de enfermedades sexuales.
¿Cuáles son los inconvenientes de castrar a un gato?
Antes de tomar la decisión de castrar a un gato se deben tener en cuenta una serie de consideraciones, especialmente en lo que respecta a los riesgos y a las consecuencias que puede causar dicha cirugía:
Riesgos propios de la cirugía
Pueden surgir complicaciones con la anestesia, además de infecciones, hemorragias, dehiscencia de la sutura… Pese a ello se trata de un procedimiento rutinario.
Obesidad
La castración en gatos provoca una serie de cambios en el metabolismo y es común que aumente el apetito. Para ello, es importante ofrecer una dieta correcta al gato y estimularlo para que tenga actividad física mediante juguetes y juegos interactivos.
Para profundizar en este punto te recomendamos leer estos artículos: "Obesidad en mascotas qué hacer al respecto", "Qué debe comer los gatos esterilizados" según la edad y "Cuál es la alimentación adecuada para perros esterilizados".
Otros problemas de salud
Un gato macho castrado, por ejemplo, puede sufrir problemas relacionados con el aparato urinario, como la formación de cristales o la obstrucción uretral, que convienen ser tratados a tiempo por tu veterinario.
¿Con cuántos meses se puede castrar a un gato?
Si bien es el veterinario quien tiene que recomendar cuándo es el mejor momento para realizar la castración en gatos, por lo general es una intervención quirúrgica que se realiza seis meses antes de que el gato alcance la madurez sexual. Es decir, al año de edad aproximadamente. Aunque ciertos estudios argumentan que la castración temprana es inocua para el animal.
Cuidados después de castrar a un gato
Una vez realizado el procedimiento y dado de alta, al gato castrado se le deben aplicar los siguientes cuidados básicos en casa:
- Tratar de mantenerlo hidratado durante las primeras 24 horas: Tras la cirugía, el minino puede seguir adormilado y estar desorientado por efecto de la anestesia. De hecho es posible que no quiera comer, que vomite y que sus heces sean blandas. Pese a todo, conviene darle un poco de agua e incluso comida blanda de recuperación.
- Seguir el tratamiento pautado: En el caso de una gata castrada es posible que prescriba la administración oral de un antibiótico o de un antiinflamatorio durante siete días. Otro aspecto a tener en cuenta es el tipo de sutura y la cura que requiera. Así, si la sutura es intradérmica, el gato no precisará de collar isabelino.
- Adaptar su alimentación: Es fundamental que el gato castrado, sea macho o hembra, tome un pienso especializado para gatos esterilizados que satisfaga las necesidades que tiene su metabolismo tras pasar por la castración.
Si tienes cualquier duda al respecto de esta intervención quirúrgica puedes acudir a tu clínica veterinaria, donde los veterinarios te asesorarán sobre la mejor forma de abordar la castración en tu gato.
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