En Kiwoko, cada historia de adopción nos recuerda el impacto tan positivo que tienen estos encuentros en la vida de los animales y las personas que deciden darles una segunda oportunidad.
Hoy queremos contaros la historia de Paqui y Mort, una conexión especial que nació con un gesto simple pero lleno de significado. Sus caminos se cruzaron un día de septiembre, y lo que sucedió después es un ejemplo perfecto de cómo el destino puede unir dos almas que están hechas la una para la otra.
¡Sigue leyendo para conocer su historia!
El gatito tranquilo que conquistó un corazón
Mort llegó a la tienda de Kiwoko Parque Oeste en septiembre, acompañado de sus dos hermanos.
Mientras sus hermanos jugaban sin parar, Mort era un gatito más tranquilo, que prefería dormir y observar el mundo desde su camita. Sin embargo, ese carácter relajado no le impidió demostrar su gran personalidad cuando llegó el momento adecuado.
Todo cambió para Mort cuando Paqui, una compañera de las oficinas de Madrid, pasó por la tienda. Al acercarse al área de adopción, algo especial ocurrió: Mort, que estaba dormido, se levantó al escucharla, caminó hasta el cristal y, en un gesto mágico, apoyó su patita sobre él.
Fue en ese instante que Paqui sintió que Mort la había elegido.
Paqui y Mort, destino escrito
Para Paqui, aquel gesto de Mort fue suficiente para tomar la decisión más importante: Darle un hogar. No lo dudó ni un segundo. Subió a la clínica, preguntó por él y, unos días después, recibía la confirmación de que Mort ya tenía una nueva familia… ¡Y era la suya!
“Siempre quise adoptar, pero no me decidía por la alergia de mi sobrina. Cuando ella creció y ya no venía tanto a casa, pensé: ahora sí, voy por el gato”, explica Paqui.
Mort no solo encontró un hogar, sino también a su compañera perfecta, alguien que lo esperaba con los brazos abiertos y un corazón lleno de amor.
Mort: El nuevo rey de la casa
Desde el momento en que Mort llegó a su nuevo hogar, dejó claro que era el rey de la casa. Su adaptación fue sorprendentemente rápida.
“El mismo día que lo traje a casa, se acurrucó en mi cuello, y desde entonces, ese es su lugar favorito”, comparte Paqui. “Toda la casa es su palacio, y él es el Rey.”
Mort no solo llenó de alegría el hogar de Paqui, sino que también se convirtió en su compañero incondicional. Su presencia hace que llegar a casa sea siempre una experiencia especial, algo que Paqui había deseado durante mucho tiempo.
La historia de Paqui y Mort es un ejemplo perfecto de cómo la adopción cambia vidas. No solo la de los animales, sino también la de las personas que deciden abrirles las puertas de su hogar y su corazón.
Para Paqui, adoptar a Mort significó encontrar a un compañero fiel que hace sus días más felices y sus noches más cálidas.
Cada día, cientos de peluditos como Mort están esperando su oportunidad. Cada uno tiene su propia historia y su propia personalidad, pero todos comparten algo: El deseo de encontrar un hogar lleno de amor.
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