Seguimos con la saga de las historias de adopción de animales. El mes pasado te contábamos las historias de adopción de Duke, Kiwi, Ron, Morritos y Yunko. ¿Se te ha hecho larga la espera? No te preocupes, que tenemos amor animal para rato.
Entrábamos en una nueva etapa, la de independizarnos, y queríamos empezar a formar nuestra propia familia adoptando. Fuimos a Kiwoko, vimos a Ciara en su centro de adopción y fue amor a primera vista.
A los pocos meses, en la tercera vacuna de Ciara, vimos que había cachorros y entre ellos estaba Lia, la más pequeña de todos, y decidimos terminar de completar nuestra familia.
A día de hoy no las cambiamos por nada; el amor, cariño y alegría que nos dan son incomparables.
Andrea y Adrián
A Tristán lo adoptamos cuando tenía ocho años. El abandono no entiende de razas. Estaba enfermo y era mayor, pero con el tiempo descubrimos que su cura era a base de paciencia y cariño.
Ahora convive con cuatro gatos más y ha cambiado tanto que a veces pensamos que él es el más niño.
Julio y Paloma
Habíamos decidido ampliar la familia adoptando un perrito, así que fuimos al centro de adopción de Kiwoko para ver si tenían cachorros.
Había una camada preciosa de cuatro perros; los cuales nos dijeron que nadie quería porque ya tenían cuatro meses y la gente buscaba cachorros más pequeños. Nos dio mucha pena pensar que habían sido rechazados por mucha gente solo porque tenían cuatro meses. Seguían siendo unos cachorros preciosos.
Nos costó mucho decidirnos por uno de los perros, pero Coco nos robó el corazón. Era un perro de patas largas y pelo alborotado, era como un peluche.
Ahora ya hace un año y medio que está con nosotros, y es parte de la familia. Es un perro feliz y nosotros unos dueños orgullosos de nuestra mascota.
Sheila y Toni
¿Tú también quieres una historia así? Si la respuesta es afirmativa después de pensarlo mucho puedes visitar nuestra plataforma kiwokoadopta.org para buscar una mascota a la que darle todo amor y cuidados.