Si tienes un gato y permites que este salga al exterior, probablemente te estés planteando la opción de castrarlo. Decisión que, además de beneficiar al propio minino, evita las camadas no deseadas y por tanto el abandono animal.
Pese a ello, conviene tener claros varios aspectos antes de proceder a esterilizar al felino.
Diferencia entre castración y esterilización
Mediante la técnica de la castración se extirpan las glándulas sexuales de la mascota a través de una cirugía, lo que la vuelve estéril. Por el contrario, con la esterilización se evita la fertilidad del animal, que mantiene sus órganos sexuales y por ende su conducta sexual.
Si bien la castración resulta un proceso más invasivo, también ofrece mayores ventajas, como la prevención de enfermedades asociadas a la próstata, a las mamas y al útero del tipo cáncer o la piometra, una infección del útero que puede ser mortal de no tratarse a tiempo.
Con la castración del gato también se evita que nazcan camadas no deseadas, anteriormente citadas. Estos gatitos pueden acabar en la calle, con la consecuente formación de las colonias felinas, o en los abarrotados refugios animales, donde pueden esperar durante meses o incluso años a que una familia los adopte.
En cualquiera de los casos, el destino de estos mininos pasa por el abandono animal y la castración puede evitarlo, especialmente en la época de celo, cuando los gatos pueden escaparse al dejarse llevar por su instinto natural de apareamiento.
Aspectos a tener cuenta
Una vez tomada la decisión, el veterinario te recomendará el mejor momento para realizar la castración, que dependerá de la edad, el tamaño e incluso de la raza del gato, además de valorar otros factores como su estilo de vida. Con todo, lo aconsejable es recurrir a la castración a partir de los cuatro meses de edad, cuando el animal ya ha empezado a madurar.
Otro detalle a valorar es el cambio hormonal que experimentará el gato tras ser castrado y que influirá en diferentes aspectos como en su propio comportamiento en términos de hábitos, como marcar el territorio, y que el ritmo de su metabolismo disminuirá mientras que aumentará su tendencia a engordar. Pese a todo, ninguno de estos casos debería suponer un problema para el animal si mantiene una dieta equilibrada y una rutina de actividad física.
Ahora bien, el precio por castrar a un gato es distinto según la provincia en la que te encuentres, el coste final de esta operación depende de la clínica veterinaria a la que acudas, además de las características de tu el gato, o si es macho o hembra, en este segundo caso la castración es más cara.
Con todo, la castración de un gato requiere que el animal sea anestesiado de forma general, sin olvidar el tratamiento postoperatorio. Todos estos aspectos influyen en el precio de castrar a un gato en Madrid y en cualquier otra ciudad española.
Y también se debe tener en cuenta que diferentes clínicas veterinarias ponen en marcha campañas de castración y esterilización a lo largo del año, momento en que la oferta de estos procedimientos incluye descuentos.
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