Los perros han convivido durante miles de años con la humanidad. Todo este tiempo juntos ha provisto al perro de herramientas para 'comprender' los estados emocionales del ser humano. Como resultado se ha forjado el mayor vínculo entre un hombre y un animal que existe en la naturaleza.
Los gatos también son sensibles a nuestro comportamiento, y aunque el vínculo con los humanos es distinto al de los perros, no quita de que sean un miembro más en el núcleo familiar y se vean afectado por las emociones humanas.
Pero ¿son capaces de percibir nuestros sentimientos? ¿realmente el perro es capaz de sentir nuestro estrés? Los últimos estudios revelan que sí. A continuación, verás con detalle la respuesta a esta pregunta.
Leen las expresiones faciales y reconocen distintos tonos de voz
Como hemos mencionado al principio, los perros han caminado junto a la humanidad desde hace mucho tiempo atrás. Por lo que han desarrollado habilidades que carecen otros animales. Son capaces de distinguir expresiones en la cara y tonos en nuestra voz para clasificarlas en estado positivos o negativos. En función a esto pueden cambiar su actitud hacia nosotros.
Huelen las emociones
El olfato del perro es hipersensible (hasta 300 millones de receptores olfativos mientras que los humanos solo disponemos de 6 millones). Los estudios afirman que son capaces de oler e identificar el cambio hormonal cuando vivimos en estados de miedo, alegría, ansiedad… Es por esto por lo que, junto con nuestro rostro, forma de hablar y respuestas hormonales, el perro detecta si estamos en un estado de estrés o no.
Los gatos reaccionan ante la sonrisa y la tristeza de sus dueños, e ignoran el estado de ánimo de los extraños. Por lo que también saben interpretar las emociones humanas gracias a su inteligencia y olfato.
Nuestro estado anímico influye en ellos
Si estás estresado tu mascota también estará estresado. La relación entre el animal y el dueño es tan estrecha que la mascota se verá afectada por tus sentimientos: tristeza, alegría, miedo… Las conductas humanas desequilibradas se transmiten hacia los animales. De un cierto modo, una mascota es el espejo emocional de su dueño.
En la Universidad de Linkoping (Suecia) se hizo un estudio de niveles de cortisol (la hormona del estrés) y comprobaron que al recoger las muestras de pelo del dueño y de sus mascotas, ya que esta hormona es absorbida por el pelo. Ambos sufrían de forma sincronizada los mismos desajustes hormonales producidos por el cortisol. Por lo que el traspaso de los estados de estrés es un hecho demostrable.
Pero, no es solo unidireccional del hombre al perro o al gato. Muchas personas sienten un gran apego hacia sus mascotas, y cuando ellas sufren o están mal, les es inevitable sentir empatía al mismo nivel que hacia un familiar o amigo. Y si están felices, sentir alegría por ellos.
¿Qué hacer para ayudar a las mascotas a estar tranquilas?
Lo primero que hay que hacer es que el dueño se examine y analice si su estado puede alterar al de su mascota. En segundo lugar, es buscar ayuda de un etólogo o veterinario que pueda dar su opinión profesional.
Es posible que si te encuentras algo intranquilo por el actual estado de alarma tu mascota lo note por todo los argumentos anteriores. No te preocupes, existen algunos complementos calmantes que ayudarán a tu amigo a estar mejor:
Por último, si quieres asegurarte de que tu mascota esté feliz (para estar tú también feliz) no te olvides de que coma bien, que descanse en un lugar cómodo, tenga juguetes y esté sano.
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