Yo, yo mismo y una Pandemia: Semana 4

Siempre envidié la vida del humano… hasta que el humano envidió la vida de las mascotas.

Día 22

Esta mañana Sonia se ha levantado con el cuerpo que le pedía marcha, así que se puso su ropa de deporte (que le estaba tan ceñida que se le marcaban hasta las picaduras de mosquitos) y allí que se puso… primero yoga... después crossfit... (porque ella es muy de la mezcla sana). ¡Qué buen rato me he pasado viéndola!

Al rato de terminar, volvió de la farmacia Mateo, de nuevo con el disfraz de astronauta, y le propuso a Sonia el que aún yo no sabía que sería el planazo del día

Después de tantos días confinado, el pelo y la barba de Mateo parecían una selva amazónica, y le pidió a Sonia que por favor le cortara el pelo (sin ser Sonia peluquera ni nada de eso).

La cosa se puso interesante cuando Sonia cogió la maquinilla por primera vez en su vida, y se puso al lío. Después de un rato de tensión entre ellos… ¡TACHÁN! Ahí está la magia hecha.

Mateo salió del baño y yo no sabía dónde meterme. Pobre Mateo... parecía que le habían cortado el pelo a colmillo. Estaba feo como ponerle peluca a un centollo, pero como él dijo, ¡total, no me va ver nadie ahora, y esto crece! y así se quedó tan a gusto. En ese momento sonó el timbre y allí estaba mi comida. Sonia la había pedido por teléfono hace 2 días y ¡ya estaba aquí! Fue Mateo a abrir la puerta… ¡Qué vergüenza! Madre mía, que le crezca rápido el pelo porque va que parece un maniquí de Cortefiel.

Rambo kiwoko

Día 23

Hoy, tras levantarme de la siesta, he notado un dulce aroma en el aire. Tras olisquear un poco, para ver si reconocía ese delicioso olor, he decidido ir a la cocina, y para mi sorpresa, voy y me encuentro con Sonia ¡haciendo torrijas! Y eso que parecía que este año, la Semana Santa iba a pasar de largo en esta casa... Menos mal que me sacan 23 veces al día, porque si no, no podría mantener este cuerpo serrano. ¡Ay cuándo me vea Patri! ¡Se vuelve a enamorar!

Y el pobre Mateo... espero que las torrijas le suban el ánimo, porque lleva toda la tarde viendo videos de procesiones antiguas de la Madrugá. ¡Qué intensidad!

Estos días han dejado de teletrabajar, y pensaba que jugarían más conmigo... Han aparcado el portátil, pero no sueltan el móvil. Se pasan el día haciendo bailes ridículos, retos y más retos en una aplicación llamada TikTok. ¿Qué tienen ahora? ¿15 años? ¡Qué fantasía!

Rambo kiwoko

Día 25

¡CÓMO MOLA LA NIEVE! Yo no sabía lo que era hasta que hoy me lo explicó Mateo, porque la verdad, no la había visto en mi vida. Esos tejados blancos, esa sensación de pureza… Necesito ¡JUGAR! Ante tal acontecimiento inigualable, les di indicaciones explícitas para salir a la calle a pasarlo bien SIN PIEDAD. Bajó Sonia con el abrigo y un pijama de Snoopy, que la verdad… para tener a un perro falso en el pijama, pues que me tenga a mí ¿no?. Luego le muerdo y babeo durante un rato el cable del router y compensado.

Ya en la calle, la verdad que lo pasamos súper bien con la nieve. Sonia estaba más contenta que un testigo de Jehová en una fábrica de puertas, y yo ladrando sin parar, ¡esto sí que mola!

Además, a lo lejos vi a Patri con su dueña y estuve ladrando un rato con ella. Que cómo llevaba el confinamiento, que si sus dueños se habían separado ya, que qué marca le sabe mejor... ¡Menos mal que la veo aunque sean 10 minutos para aguantar el confinamiento! Eso sí... se había puesto como una bola de demolición ¿Qué te ha pasado? CUANTO MÁS PIENSO, MÁS EXISTES ¡ESO DESDE LUEGO!

Cuando subimos a casa tras jugar con la nieve, nos encontramos a nuestro náufrago favorito con su harapienta camiseta del Mundial ’94 viendo unos interesantes videos sobre peces exóticos en Youtube explicados por un tal Marcel... ¡EL MARCEL ESTE MOLA! Seguro que le ficha National Geographic.

¡Un momento! veo a Mateo muy concentrado y tomando notas... ¿será el CARASSIUS AURATUS el mejor amigo que siempre desee?

Rambo kiwoko

Continuará...

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