Recibimos una llamada de una persona que nos decía que un perro se había metido en su campo y estaba en muy malas condiciones. Cuando llegó nos quedados sorprendidos....el perro estaba en los huesos, sin pelo y con pánico a todo. Hicimos una prueba de leishimania y no nos sorprendió ver que era positivo. Desde que llegó está con tratamiento para ella. Los primeros meses los ha pasado en una jaula él solito porque no quería compartir nada con otros perros y no terminaba de fiarse de la gente. Hace un mes cambió su carácter, se hizo inseparable de Laika, por lo que decidimos ponerlos juntos en una jaula y ahora ambos son felices. Además, siempre que nos ve salta hacia nosotras y se frota en nuestras piernas, buscando mimos y caricias, las que posiblemente nunca haya tenido... Ahora es un perrito 10. Es compatible con gatos y con otros perros, por lo que podría compartir casa con otros animales. Además, controla bastante los paseos con correa.