Jerry nació en una casa abandonada junto a sus cinco hermanos, bajo el cuidado de dos mamás jóvenes que hicieron todo lo posible por protegerlos en un entorno difícil. Desde pequeño, Jerry aprendió a enfrentar la adversidad: el frío del campo, la falta de comida y los peligros de los coches que pasaban por el camino cercano. Sin embargo, su espíritu siempre fue valiente y lleno de ternura, destacándose entre sus hermanos por su curiosidad y su manera de consolar a los demás con suaves ronroneos. Cuando el hambre apretaba, Jerry, junto a su familia, corría hacia los coches con la esperanza de encontrar algo de alimento. Aunque arriesgaba su vida, no perdía la confianza en las personas. Siempre se dejaba coger, mostrando con su dulce carácter que no había perdido la fe en el cariño humano. La unión con sus hermanos ha sido fundamental en su corta vida. Han compartido juegos, sueños y las pocas alegrías que la vida les ha dado, aferrándose a la compañía mutua como un refugio en tiempos difíciles. Jerry es un ejemplo de resistencia, ternura y la importancia de la familia, y ahora sueña con un futuro donde pueda descansar en un hogar lleno de amor, idealmente acompañado de uno de sus hermanos para no romper ese lazo que lo ha sostenido hasta ahora. Jerry es más que un gatito; es un pequeño sobreviviente lleno de amor por compartir.