Coco apareció solo y desorientado en las calles de Socuéllamos (Ciudad Real). Su pelaje blanco con manchas de azul ruso estaba sucio, y se veía asustado pero increíblemente cariñoso, como si buscara desesperadamente el calor de un hogar. Desde el primer momento, nos dimos cuenta de que no era un gato acostumbrado a la vida en la calle; su actitud confiada y su insistencia en pedir mimos nos hicieron sospechar que alguna vez tuvo una familia. Para protegerlo, le preparamos un refugio provisional en un porche, con mantas y comida, pero este espacio tiene acceso directo a la calle y sigue expuesto a muchos peligros. No puede quedarse ahí mucho más tiempo. Es un gato que necesita compañía y seguridad, no la incertidumbre de la calle. Su carácter es excepcional: es dulce, sociable y solo quiere estar con personas. Maúlla llamando a quien pase cerca, esperando recibir cariño. No queremos que su destino sea el abandono y el peligro; buscamos con urgencia una familia que le dé el hogar seguro y amoroso que merece.