Jordan llegó con miedos, miedo a lo desconocido y a las personas. Miedo hasta que le das cariño, entonces él te lo devuelve por duplicado. Pero es un perro muy joven que, con paciencia y dedicación, conseguirá superar sus fantasmas del pasado. Jordan es un perro con muchísima energía, es necesario que la familia que lo adopte sepa entender esa energía y sepa canalizarla. Necesita mucha actividad para que no desarrolle ansiedad. Para su adopción, pedimos que cuando llegue a su nuevo hogar, tenga desde el principio la ayuda de un educador canino que le ayude en su proceso de adaptación y continúe trabajando las inseguridades de nuestro pequeño. Habrá que tener paciencia y enseñarle a convivir en una casa. Y, sobre todo, entender esa energía que tiene de cachorro. Jordan es un diamante en bruto, un gran perro con mucho que ofrecer y que espera una nueva oportunidad, una familia que le quiera incondicionalmente y le ayude a recuperar todo lo que la vida un día le quitó.